
viernes, 25 de mayo de 2012
No dejes de brillar

jueves, 8 de marzo de 2012
El hígado

Yo me rebelo contra toda la ignorancia.
En todo meten y traen al corazón
como el causante del amor y la pasión.
El corazón nada sabe del amor
pues él no sufre, ni podrá sentir dolores,
ni puede tener dentro los amores,
ni siente los rigores
que deja una traición.
Si uno se halla enamorado
muy triste y apasionado...
Nos duele el hígado
que golpe al hígado
Me están robando a pedazos el hígado
Cualquier doctor dirá
que tengo la razón
porque en el hígado llevamos la pasión
Para otros es parrandero y jugador,
que juega y pierde en los albures del amor
En el amor han metido al corazón
equivocadamente todos los autores,
aquellos que presumen de escritores
y los compositores
dizque de la canción
Pero de hoy en adelante
yo le diré a mi adorada, ay!:
Te doy el hígado!
Yo quiero tu hígado!
Vamos queriéndonos
con todo el hígado!
Cualquier doctor dirá
que tengo la razón
porque en el hígado llevamos la pasión
-Je, je, jeeee... je, je, je, je...
martes, 6 de marzo de 2012
sábado, 3 de marzo de 2012
Nacho y Los Igualados
Soy la banda!
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"No hay un integrante más importante en una banda musical, que aquel que quiera realmente formar parte de ella... Yo, soy la banda!..." - Nacho Almeida, 2011 |
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Nacho Almeida (guitarra eléctrica), Gabriel Encalada (guitarra fondo), Samuel Almeida (batería) y Paúl Almeida (bajo) |
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Estudio casero de grabación denominado "Discos Lagarto" |
Nacho escuchando los resultados de las grabaciones realizadas en el estudio |

domingo, 12 de febrero de 2012
Tita fue la segunda igualada

Mis dos hijos quizá heredaron mi gusto musical y afortunadamente no tienen pánico escénico. Se desenvolvían muy bien en un escenario..

lunes, 16 de enero de 2012
Una canción de la calle no puede ser mal escuchada

sábado, 14 de enero de 2012
jueves, 5 de enero de 2012
No me dejan ser músico!

martes, 22 de noviembre de 2011
La patita

Mientras los músicos toquen yo cantaré al Señor con todo el corazón
Esta es la historia de una jovencita que perteneció a una familia patricia de Roma, y por lo tanto, era culta y tenía gusto y afición por ejecutar los instrumentos musicales de aquel tiempo. Ella, desde muy pequeña había sentido mucha inclinación al cristianismo, y por eso, tomó una íntima decisión que la llevaría a ser una huésped de la eternidad: Había consagrado a Dios su virginidad. Su nombre era Cecilia. Su padre, romano, que veía las cosas de un modo diferente, decidió casarla con un joven patricio llamado Valeriano. El día del matrimonio, en tanto que los músicos tocaban y los invitados se divertían, Cecilia se sentó en un rincón a cantar a Dios en su corazón y a pedirle que la ayudase. Cuando los jóvenes esposos se retiraron a sus habitaciones, nupciales, Cecilia, armada de todo su valor, le dijo dulcemente a su esposo:
- Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí.
- Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides.
- Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel.
Un solo Señor, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todo y en nuestros corazones.
- Tú... ¿Crees esto?
- ¿Quién ha vuelto de más allá de la tumba a hablarnos de esa otra vida?
- No, no sacrificaremos a los dioses, sino al único Dios, al que diariamente ofrecemos sacrificio.
- Ciertamente no. Júpiter era un libertino infame, un criminal y un asesino, según lo confiesan vuestros propios escritores.
- ¡Cristianos romanos, no permitáis que mis sufrimientos os aparten de la verdad! ¡Permaneced fieles al Dios único, y pisotead los ídolos de madera y de piedra que Almaquio adora!
En 1599, el cardenal Sfondrati restauró la iglesia en honor a la Santa en Transtévere y volvió a enterrar las reliquias de los cuatro mártires. Se cuenta que, en ese año se permitió ver el cuerpo de Santa Cecilia al escultor Maderna, quien esculpió una estatua de tamaño natural, muy real y conmovedora.
No estaba de espaldas como un cadáver en la tumba, sino recostada del lado derecho, como si estuviese en la cama, con las piernas un poco encogidas, en la actitud de una persona que duerme.
He aquí a Cecilia, virgen, a quien yo vi incorrupta en el sepulcro. Esculpí para vosotros, en mármol, esta imagen de la santa en la postura en que la vi.Esta historia ha sido repetida con tanto cariño durante muchos siglos, y data aproximadamente de fines del siglo V. No se puede decir que sea verídica ni fundada en documentos auténticos, pero lo único que sabemos con certeza sobre San Valeriano y San Tiburcio es que fueron realmente martirizados, al igual que San Máximo. Juntos con Santa Cecilia forman el grupo de los Cuatro Santos Coronados. No olvidemos, de ella, que...
Mientras sonaban los instrumentos musicales, ella en su corazón a su único Señor cantaba.
por Miguel Castro M.