al compás de la vihuela
que al hombre que lo desvela
una pena extraordinaria
como el ave solitaria
con el cantar se consuela.
Pido a los santos del cielo
que ayuden mi pensamiento,
les pido en este momento
que voy a cantar mi historia
me refresquen la memoria,
y aclaren mi entendimiento.
Yo he visto muchos cantores
Con famas bien obtenidas,
Y que después de adquiridas
No las quieren sustentar:
Y desde que todos cantan
Yo también quiero cantar.
Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del Eterno Padre.
Desde el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar.
mas si me pongo a cantar
no tengo cuándo acabar
y me envejezco cantando;
las coplas me van brotando
como agua de manantial.
Con la guitarra en la mano
ni las moscas se me arriman,
nadie me pone el pie encima,
y cuando el pecho se entona,
hago gemir a la prima
y llorar a la bordona.
Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del Eterno Padre.
Desde el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar.
Yo soy toro en mi rodeo
y torazo en rodeo ajeno,
siempre me tuve por bueno
y si me quieren probar,
salgan otros a cantar
y veremos quién es menos.
lo mesmo que los de tantos,
si gustan... en otros cantos
les diré lo que he sufrido
después que uno está perdido
no lo salvan ni los santos.
Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del Eterno Padre.
Desde el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar.
Y daré fin a mis coplas
terminando mi canción.
Y aquí me despido yo,
Que he relatado a mi modo
males que conocen todos
pero que nadie contó.
Hablado:
"Como diría Martín Fierro,
- Vine a este mundo a cantar! -