No jodan... la música es libre!...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Que todo se vaya al infierno


De qué sirve el cielo azul
y el sol brillando más
Si no has de volver a mí
¿por que voy a esperar?
pero aun te tengo
en mis pensamientos
y por tu ausencia,
siempre es todo un tormento
y ya no sé que hacer
Y aunque yo te este esperando,
sé que todo se largó al infierno..

De qué sirven cartas
si ya ni un beso te doy?
Si dentro de mi auto
con la soledad estoy
Dónde sea que vaya
todo es tan triste
No me interesa
lo demás que existe
y ya no se qué hacer!
Y aunque yo te esté esperando...
Sé que todo se largó al infierno...

No soporto más 
que estés lejos de mí
tengo que tratar
de no seguir así
pero no sé qué hacer

Aunque yo siga esperando
sé que todo, se largo al infierno
Wooooo...
sé que todo, se largo al infierno

No soporto más 
que estés lejos de mí
tengo que tratar
de no vivir así
pero no sé qué hacer

Aunque yo siga esperando
sé que todo, se largo al infierno
Wooo!
sé que todo, se largo al infierno
Wooo!
sé que todo, se largo al infierno

domingo, 6 de noviembre de 2011

Pájaro chogüí


Cuenta la leyenda que en un árbol
se encontraba encaramado un indiecito guaraní,
que sobresaltado por los gritos de su madre
perdió apoyo, y cayendo se murió.
Y que entre los brazos maternales
por extraño sortilegio en chogüí se convirtió.

Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí,
cantando está, mirando allá,
llorando y volando se alejó.
Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí,
que lindo va, que lindo es
perdiéndose en cielo guaraní.

Y desde aquel día se recuerda al indiecito
cuando se oye como un eco a lo chogüí,
ese canto alegre y bullanguero
del gracioso naranjero que repica en su cantar.
Salta y picotea las naranjas
que es su fruta preferida, repitiendo sin cesar.

Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí,
cantando está, mirando allá,
llorando y volando se alejó.
Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí,
que lindo va, que lindo es
perdiéndose en cielo guaraní.

martes, 1 de noviembre de 2011

Las extrañas criaturas que habían en mi cuarto

Debo reconocer que cuando fui niño tenía un terrible miedo a la oscuridad y a la soledad. Lo peor de todo es que tenía una gran imaginación y sentía que por todas partes era foco visual de criaturas muy extrañas que me observaban para ver qué hacía...

Hubieron días en los que me portaba malcriado y mi abue me relataba los trabajos del cuco..  No sabía la forma del cuco, pero lo reconocería inmediatamente si en la noche escuchaba su macabra y espeluznante voz, o peor si llegaba a verlo en la oscuridad.

Crecí con esos miedos. La cosa fue empeorándose porque por más que trataba de desvelarme para enfrentarme de una buena vez a esos monstruos, siempre me quedaba dormido y suponía que ellos, entonces aprovechaban para salir a observarme dormir, con una mano en la barbilla y la otra rascándose la cabeza...

Le conté mis problemas a mi abuelita y ella me respondía con refranes o historias que me dejaban peor.  Mis padres creían que con una reprimenda fuerte se me iban a quitar esas ideas, pero lo único que lograron es hacerme notar de que con ellos no podía contar. Como dije: crecí con esos miedos.

Hace pocos días investigué sobre los miedos de los niños y hallé ésto:

Los miedos forman parte del aprendizaje de un niño, son algo transitorio que le ayuda a madurar. Aparecen y desaparecen. No es nada malo sino como algo normal que se superará con el tiempo.

El miedo a los monstruos es una señal de que algo en la vida del niño no va bien del todo. Puede que esté viviendo una situación traumática, como la muerte de un familiar, el divorcio de los padres, o es posible que haya visto una película que le haya impresionado o que haya reñido con alguien. El caso es que una fuerte emoción ha abierto la puerta a imágenes mentales de monstruos, que aparecen por la noche... porque ésta le hace sentirse más vulnerable: Está solo e indefenso.

Los monstruos no son reales, pero el miedo sí, por eso hay que escuchar al niño cuando está asustado.
Un hijo necesita tu protección para sentirse seguro. Aún no ha desarrollado la individualidad y no es capaz de soportar la soledad. El momento de ir a dormir es propicio para que despierten sus miedos, ya que implica quedarse solo y con la luz apagada (o casi).

Demuéstrale a tu hijo que no hay monstruos en su cuarto: mira debajo de su cama, detrás de la puerta... Todo esto hazlo con paciencia y buen humor. Se trata de relajar al pequeño, no de ponerle más nervioso. Explícale que los monstruos no existen y que solo están en su imaginación. Pídele que te cuente qué le da miedo (al verbalizarlo sentirá menos temor) e intenta relativizarlo, pero nunca te burles de lo que te diga. Es importante que tu hijo se sienta respaldado por su entorno más cercano. Si te llama, es porque tiene miedo. Debes acudir a su lado y, antes de irte, dejarle un muñeco para que se sienta protegido al abrazarlo. Tener una foto tuya en la mesilla también le reconfortará.

En mi caso, las cosas terminaron mal.  Llegué a ser de ésos que duermen con la luz encendida.  Un día, me saltó nuevamente el temor cuando se me ocurrió imaginarme y preguntarme: 
"¿No será que los marcianos nos observan desde su planeta por los focos eléctricos!??..." 
Toda esa psicosis me llevó a escribir una canción llamada "Criaturas extrañas", una de las primeras que hice la misma que les invito a escuchar haciendo click en este enlace.


lunes, 31 de octubre de 2011

domingo, 30 de octubre de 2011

Pancho López


Nació en Chihuahua en novecientos seis
en un petate bajo un ciprés,
A los dos años ya hablaba inglés,
mató a dos hombres a la edad de tres.

Pancho, Pancho López,
chiquito, pero matón.
Pancho, Pancho López,
chiquito, pero matón.

A los cuatro años sabía montar,
La carabina sabía pulsar,
A treinta yardas lo vi apagar
un ojo a un piojo y sin apuntar.

Pancho, Pancho López,
valiente como un león.
Pancho, Pancho López,
valiente como un león.

A los cinco años sabía cantar,
tocar guitarra y hasta bailar;
y su papá lo dejaba fumar
y se emborrachaba con puro mezcal.

Pancho, Pancho López
a la cárcel fue a parar
Pancho, Pancho López
a la cárcel fue a parar

A los seis años se enamoró,
luego a los siete, pues, se casó,
lo que tenía que pasar pasó,
y a los ocho años papá resultó.

Pancho, Pancho López
se fue a la revolución
Pancho, Pancho López
se fue a la revolución

Aquí la historia se terminó
porque a los nueve Pancho murió.
La moraleja de la historia es:
"No vivas la vida con tanta rapidez"

Pancho, Pancho López,
viviste como un ciclón,
Pancho, Pancho López,
viviste como un ciclón.



Letra y Música: Lalo Guerrero
Adaptación:  Soraya Mendieta
Canta:  Nacho
(c) 2013

martes, 25 de octubre de 2011

viernes, 21 de octubre de 2011

Oh, Jesús del Gran Poder
(canción)


Oh, Jesús del Gran Poder!
Padre Nuestro de los cielos. 
Tu me puedes conceder 
fe, prodigios y consuelo. 
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo.

Por la corona de espinas
que traspasa tu cabeza. 
Tus bendiciones divinas
alivien nuestra pobreza. 
Por la cruz pesada y dura
que tus espaldas oprime. 
En las horas de amargura
danos la paz que redimes. 

Oh, Jesús del Gran Poder!
Padre Nuestro de los cielos
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo. 
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo. 

Ante tu divino rostro
por mis culpas afeado
humildemente me postro
confesando mi pecado. 
Por las lágrimas salobres
que resbalan de tus ojos.
Enjuga las de los pobres
que van luchando entre abrojos. 

Oh, Jesús del Gran Poder!
Padre Nuestro de los cielos
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo. 
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo. 

Vas subiendo hacia el suplicio
con pie fatigado y quedo. 
Fortaléceme propicio. 
Al cumplir tu ley no puedo. 
Con la túnica encendida
con que la Virgen te viera
de virtudes, revestida..
Vuele mi alma cuando muera. 

Oh, Jesús del Gran Poder!
Padre Nuestro de los cielos
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo. 
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo.

Si mi orgullo y mi insolencia
en tierra e hizo caer,
te levantas con clemencia. 
Oh, Jesús del Gran Poder!
Esa belleza inefable,
de los ángeles encanto. 
Y esa mirada adorable. 
Con mi fe y amor, te canto...

Oh, Jesús del Gran Poder!
Padre Nuestro de los cielos
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo. 
Tu me puedes conceder
fe, prodigios y consuelo.


Letra y Música: Fray Francisco Fernández, ofm.
Canta: Nacho 
(c) 2012