Ir al contenido principal

Entradas

La patita

La patita de canasta y con reboso de bolita Va al mercado A comprar todas las cosas del mandado Se va meneando al caminar Como los barcos en alta mar La patita Va corriendo y buscando en su bolsita Centavitos para darles de comer a sus patitos Porque ella sabe que al retornar Toditos ellos preguntarán: ¿Que me trajiste mamá? ¡quak - quak! ¿Que me trajiste? ¡quará - quak - quak! La patita - como tú - De canasta y con reboso de bolita - como tú - Se ha enojado - como tú - Por lo caro que está todo en el mercado Como no tiene para comprar Se pasa el día en regatear Sus patitos van creciendo y no tienen zapatitos y el esposo es un pato sinvergüenza y perezoso Que no da nada para comer y la patita, pues qué va a hacer Cuando le pidan contestará Coman mosquitos! ¡Quará - quak - quak!

Mientras los músicos toquen yo cantaré al Señor con todo el corazón

Esta es la historia de una jovencita que perteneció a una familia patricia de Roma, y por lo tanto, era culta y tenía gusto y afición por ejecutar los instrumentos musicales de aquel tiempo.  Ella, desde muy pequeña había sentido mucha inclinación al cristianismo, y por eso, tomó una íntima decisión que la llevaría a ser una huésped de la eternidad:   Había consagrado a Dios su virginidad.  Su nombre era  Cecilia .  S u padre, romano, que veía las cosas de un modo diferente, decidió casarla con un joven patricio llamado  Valeriano . El día del matrimonio, en tanto que los músicos tocaban y los invitados se divertían, Cecilia se sentó en un rincón a cantar a Dios en su corazón y a pedirle que la ayudase.   Cuando los jóvenes esposos se retiraron a sus habitaciones, nupciales, Cecilia, armada de todo su valor, le dijo dulcemente a su esposo:  - Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fue...

Canción para Mayra

Video grabado el 18 de noviembre del 2011

Que todo se vaya al infierno

De qué sirve el cielo azul y el sol brillando más Si no has de volver a mí ¿por que voy a esperar? pero aun te tengo en mis pensamientos y por tu ausencia, siempre es todo un tormento y ya no sé que hacer Y aunque yo te este esperando, sé que todo se largó al infierno.. De qué sirven cartas si ya ni un beso te doy? Si dentro de mi auto con la soledad estoy Dónde sea que vaya todo es tan triste No me interesa lo demás que existe y ya no se qué hacer! Y aunque yo te esté esperando... Sé que todo se largó al infierno... No soporto más  que estés lejos de mí tengo que tratar de no seguir así pero no sé qué hacer Aunque yo siga esperando sé que todo, se largo al infierno Wooooo... sé que todo, se largo al infierno No soporto más  que estés lejos de mí tengo que tratar de no vivir así pero no sé qué hacer Aunque yo siga esperando sé que todo, se largo al infierno Wooo! sé que todo, se la...

Pájaro chogüí

Cuenta la leyenda que en un árbol se encontraba encaramado un indiecito guaraní, que sobresaltado por los gritos de su madre perdió apoyo, y cayendo se murió. Y que entre los brazos maternales por extraño sortilegio en chogüí se convirtió. Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí, cantando está, mirando allá, llorando y volando se alejó. Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí, que lindo va, que lindo es perdiéndose en cielo guaraní. Y desde aquel día se recuerda al indiecito cuando se oye como un eco a lo chogüí, ese canto alegre y bullanguero del gracioso naranjero que repica en su cantar. Salta y picotea las naranjas que es su fruta preferida, repitiendo sin cesar. Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí, cantando está, mirando allá, llorando y volando se alejó. Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí, que lindo va, que lindo es perdiéndose en cielo guaraní.

Las extrañas criaturas que habían en mi cuarto

Debo reconocer que cuando fui niño tenía un terrible miedo a la oscuridad y a la soledad. Lo peor de todo es que tenía una gran imaginación y sentía que por todas partes era foco visual de criaturas muy extrañas que me observaban para ver qué hacía... Hubieron días en los que me portaba malcriado y mi abue me relataba los trabajos del cuco ..  No sabía la forma del cuco, pero lo reconocería inmediatamente si en la noche escuchaba su macabra y espeluznante voz, o peor si llegaba a verlo en la oscuridad. Crecí con esos miedos. La cosa fue empeorándose porque por más que trataba de desvelarme para enfrentarme de una buena vez a esos monstruos, siempre me quedaba dormido y suponía que ellos, entonces aprovechaban para salir a observarme dormir, con una mano en la barbilla y la otra rascándose la cabeza... Le conté mis problemas a mi abuelita y ella me respondía con refranes o historias que me dejaban peor.  Mis padres creían que con una reprimenda fuerte se me iban a quitar e...

Criaturas extrañas

Vídeo edición hecha el 31 de octubre del 2011

Pancho López

Nació en Chihuahua en novecientos seis en un petate bajo un ciprés, A los dos años ya hablaba inglés, mató a dos hombres a la edad de tres. Pancho, Pancho López, chiquito, pero matón. Pancho, Pancho López, chiquito, pero matón. A los cuatro años sabía montar, La carabina sabía pulsar, A treinta yardas lo vi apagar un ojo a un piojo y sin apuntar. Pancho, Pancho López, valiente como un león. Pancho, Pancho López, valiente como un león. A los cinco años sabía cantar, tocar guitarra y hasta bailar; y su papá lo dejaba fumar y se emborrachaba con puro mezcal. Pancho, Pancho López a la cárcel fue a parar Pancho, Pancho López a la cárcel fue a parar A los seis años se enamoró, luego a los siete, pues, se casó, lo que tenía que pasar pasó, y a los ocho años papá resultó. Pancho, Pancho López se fue a la revolución Pancho, Pancho López se fue a la revolución Aquí la historia se terminó porque a los nueve ...

Arropémonos temprano

Vídeo re-editado el 25 de octubre del 2011

Oh, Jesús del Gran Poder

Oh, Jesús del Gran Poder! Padre Nuestro de los cielos.  Tu me puedes conceder  fe, prodigios y consuelo.  Tu me puedes conceder fe, prodigios y consuelo. Por la corona de espinas que traspasa tu cabeza.  Tus bendiciones divinas alivien nuestra pobreza.  Por la cruz pesada y dura que tus espaldas oprime.  En las horas de amargura danos la paz que redimes.  Oh, Jesús del Gran Poder! Padre Nuestro de los cielos Tu me puedes conceder fe, prodigios y consuelo.  Tu me puedes conceder fe, prodigios y consuelo.  Ante tu divino rostro por mis culpas afeado humildemente me postro confesando mi pecado.  Por las lágrimas salobres que resbalan de tus ojos. Enjuga las de los pobres que van luchando entre abrojos.  Oh, Jesús del Gran Poder! Padre Nuestro de los cielos Tu me puedes conceder fe, prodigios y consuelo.  Tu me puedes conceder fe, prodigios y consuelo....

A pesar de la distancia y del tiempo

En 1993, solíamos ir de viaje con mi familia a Daule, un sitio a casi 40 minutos de Guayaquil, mi ciudad.  En ese primer viaje, conocí sin querer a una chica llamada Mayra , con quien conversé por largo rato y simpatizamos mucho, al punto de sentir ese "algo especial" que hace que dos personas se atraigan. Me agradó mucho conocerla. Casi tres semanas después, volvimos a ir y ahora hubo más confianza, al punto de salir juntos a dar un paseo. Me llevó a conocer la Iglesia con su Cristo Negro, el malecón junto al río, el parque, en fin... caminamos y conversamos mucho. Me sentía muy atraído hacia ella, pues era muy bonita y estaba de candidata para Reina Parroquial.   En su casa, la mamá de ella, había conversado con mis padres, me pregunta si era cierto que tocaba guitarra. Fueron a ver una, y toqué unas cancioncitas conocidas. Mayra y sus primas las cantaban. Ella me pedía algunas canciones, y creo que así nos afianzamos mucho más.  Nos despedimos nuevamente, y al ir co...