Camiones de basura iluminaron la presentación del grupo RIP

En mayo de 1994, RIP efectuó una jornada maratónica en la madrugada de aquel Día de las Madres. Los miembros del grupo tenían dos amigos que habían ensayado con ellos en ciertas ocasiones: Carlos Franco y Rodrigo Beltrán. Carlos tocaba un teclado y Rodrigo tocaba el bajo y cantaba muy bien. Ambos habían organizado llevar a efecto Serenatas en Vivo bajo contrato, y para eso necesitaban al grupo y sus instrumentos. Nacho en la guitarra solo, Gabriel en la guitarra y los coros...

En tres camionetas, en la cual en una iba la tropa de músicos, en otra, iban los parlantes y amplificadores y en otra la batería, y así viajaron todos a cada una de las 18 casas en las cuales habían solicitado el sereno a mamá.

Lo insólito sucedió en la ciudadela Martha de Roldós, al norte de Guayaquil, al ubicar las camionetas en la calle principal para ofrecer la Serenata. Una vez que el dueño de casa abasteció el flujo eléctrico y comenzaron a tocar, toda la vecindad salió a verlos. En la mitad de la segunda canción, en pleno sereno, a esa hora precisamente pasaban dos camiones resolectores de basura, uno que entraba a la ciudadela y otro que se disponía a salir de la misma.


Ambos camiones se detuvieron y el chofer de uno de ellos se les acercó para decir que terminasen el sereno nomás que por ellos no habría problema. Dejaron los dos camiones cerrando la calle y lo peor de todo, estancando el tráfico...

Ambos camiones, encendieron las sirenas, cuyas luces naranjas alumbraban al grupo. Cuando terminó el sereno, los camiones de basura dieron marcha y se retiraron haciendo pulgar arriba. Los automóviles volvieron a circular, y y la banda viajó a su siguiente sereno.

Asi mismo, continuaron en algunas casas del centro y sur de Guayaquil. Cerca de las 2 de la tarde de ese mismo domingo, en un barrio suburbano, estrecho y recóndito, en un callejón rodeado de ventanas, dieron el sereno, pero al terminar la vecindad desde las ventanas les pedían otra y otra canción. El grupo decidió tocar "Popotitos", en la voz de Gran Gaby como despedida.

La canción que nunca se olvidará aquella noche fue "Madre Amor", en la voz de Gaby, por la forma de cantar la estrofa de entrada de manera muy particular. Lucho bromeaba insitiendo en que en alguna de las casas se cantase 
Tu madre es pu... tu madre es pu... tu madre es pura y hermosa...

que era una canción de barriada de aquellos años.

Carlos Franco y Rodrigo Beltrán siguieron organizando las serenatas para el día de las madres en los años posteriores.

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