Mariel y el capitán

Vídeo del 20 de octubre del 2019.  Cover de la canción de Sui Generis



Esta es la triste historia de 1972, hecha por Sui Géneris:

"Ella toma el ascensor a la mañana
sin temor de que se caiga,
pero al quinto no llegó,
alguien la cuerda le cortó...
y se cayó, 
y así Mariel murió... 
Y el pobre Capitán, 
lleno de espanto y de dolor, 
se suicidó"



La canción no es actual, pero la situación sí lo es. Los prejuicios y el gusto por inmiscuirse en la vida ajena es moneda corriente. La mayoría de la gente se cree con derecho y poder para opinar sobre quién debe o no ser amado, cómo, y por quién.

Desde el comienzo nos alerta sobre la posibilidad de que una desgracia sorprenda a la despreocupada Mariel, que toma el ascensor “sin temor a que se caiga”. Sin realizar “escándalo” se dirige al departamento del capitán, lo visita y él le sirve té con limón o café dependiendo de la “euforia” del momento.

Ante esta indignante situación es que el consorcio (que bien representa a un sector de nuestra sociedad que cree ser juez de la moral) programa una reunión para hablar sobre los hechos reiterados. El capitán no asiste.

La rutina se repite hasta que de manera impune se boicotea el plan de la protagonista costándole la vida. Absolutamente abatido el capitán, contrario a los preceptos de lo que la moral indica, decide quitarse la vida por amor.

Otra vez, los jueces se reúnen para festejar su triunfo ante los indóciles qué, igualmente, no se separaron ¿Hasta donde nos pueden llevar los prejuicios?.

Paqueveas