Qué mala madre, la vieja idiota!


Esto fue real y sucedió allá por 1984. Él era un muchachito de colegio. Con tan solo 14 años ya estaba entusiasmado con una chica. Ella estudiaba en el mismo colegio, y ambos solían encontrarse en el patio, para charlar, decir que son enamorados, e intercambiarse cartitas, dibujos, notitas, y esas cosas. Así mismo solía ocurrir a la salida del colegio. A ella, la iba a ver su mamá en el automóvil un poco más tarde de la hora de salida. Él, se quedaba con ella esperando a que llegue su mamá a recogerla para luego irse caminando por las calles soleadas hasta su casa. Se llamaban mucho por teléfono...
Un día, él quiso entregarle una carta especial que había hecho, por celebrarse el cuarto mes de ser enamorados, pero como cayó en sábado, se armó de valor y caminó hasta la casa de ella. Timbró a su puerta. Ella se sorprendió mucho, pero tambien su mamá y papá se sorprendieron ante esa visita. Ella se quedó conversando un largo momento, y luego subió escondiendo de sus padres, algo tras la espalda, con mucho apuro y se encerró en su cuarto. Sus padres solo se miraron. Aquel era un tiempo esplendido. Era lindo estar enamorados. Y era el primer amor!... El que nunca se olvida!...
Dicen que en el salón de clases se volteaban para verse de reojo. Ella escribía "TE AMO" en una hoja del cuaderno, y luego tímidamente, se la mostraba... después, él se escribía "Y YO A TI" en la palma de su mano, y asi mismo, se la mostraba...
Pero al terminar el trimestre, ella bajó considerablemente sus calificaciones, pues a veces no cumplía sus tareas, o se dormía sin estudiar y en casa las cosas tomaron otro color. A él, en cambio, no le controlaban sus calificaciones, y a pesar de eso, no era tan mal alumno.
A partir de ese día, ella se portó algo cortante con él. Ya no habían miradas, ni gestos, ni conversaciones, y cuando él se le acercaba en los recreos, ella disimuladamente le huía.
Aquella tarde, a la salida del colegio, él la encontró sola, con la mochila sobre su falda y una nota de papel doblada en sus manos. El se acercó lentamente para saludarla, cuando de pronto... sintió la proximidad de la amenaza. Se volteó para mirar, y como una ráfaga violenta, la mamá de ella levantó su mano para soltarle un tremendo y sonoro bofetón y gritando:

- ¡Muchacho del demonio, deja en paz a mi hija!... ¡Déja de molestar para que se ponga a estudiar y mejore esas notas!...

Con la misma violencia, tomó a la chica del brazo, la llevó hacia el auto, y vociferando tonterías que nadie entendió, la embarcó. Aceleró el auto y con gran estrépito se perdieron a lo largo de la calle...
El aún no salía de su asombro, y notaba como las personas que estaban a su alrededor le disparaban sus miradas como indios a sus flechas. Muchos murmuraban entre sí...
El ardor de la cara, poco a poco comenzó a hacerle caer en cuenta de lo que había sucedido. Al sobarse, un amigo suyo, del curso, se acercó a preguntarle qué había pasado. El dijo que no sabía, pero el amigo empezó a reirse y a burlársele, señalándolo como un idiota... cosa que él no dio la mínima importancia, pues aún seguía consternado.
Al recoger su mochila para irse, se dio cuenta que el papel que la chica tenía en sus manos, había quedado en donde estuvo sentada. Disimuladamente lo cogió y ante los ojos de todos los curiosos que habian presenciado lo que pasó, se encaminó una vez más, bajo el furioso sol, hacia su casa.
Mientras caminaba, ya lejos de la escuela, de la risa de ese amigo, y de la vista de todos los que presenciaron el bofetón, se metió en un portón oscuro, y empezó a respirar agitadamente. Miró hacia el cielo. y todo lo que sus ojos veían se puso muy borroso... sintió algó húmedo y caliente rodar por sus mejillas... y recostando su espalda a la pared, se deslizó hasta sentarse en el piso... cruzando sus brazos sobre sus piernas flexionadas, se escondió de sí mismo para llorar, con la nota de papel en sus manos. 
¿Qué diría aquella nota de papel?... Nadie lo sabe...
La nota de papel que la chica dejó jamás la leyó.  La rompió.
Se fué del colegio. Se retiró.  Incluso se cambió de casa y todos le perdieron la pista.   Ella jamás lo buscó ni preguntó por él, y la mamá continuó viniendo a verla a la salida de clases, como que si nada hubiese ocurrido... Ese amor, murió allí.
Este relato corrió de boca en boca entre los colegios del sur, y desde entonces, la gente emplea el término "mala nota" cuando suceden estas cosas.
Y ahí estuve yo metido en medio de todo eso y pensando hasta ahora, ¿qué clase de historia fue ésta?.. La vieja que le largó el bofetón era "mala nota"... La chica, que lo dejó de lado después de eso también resultó "mala nota"... Toda esa gente que se lo quedó viendo como objeto raro sabiendo que él fue víctima de todo eso también fueron "mala nota"...Incluso, él mismo!...  No tenía por qué abandonarlo todo por esa ridícula situación!..   Él también fue "mala nota"...  Que clase de gente por Dios!... 

La historia de esta canción fue un relato contado en 1988, por Jean, uno de los tantos amigos que se reunían en los parques del sur de la ciudad a escucharnos tocar guitarra. Ya con los tragos y con las canciones encima, él se sintió en confianza de revelarnos esto que le pasó en lo que fuese su primer amor. Escribí la canción y se la toqué la siguiente ocasión que coincidimos. A él le gustó, y esta vez, en lugar de ser un recuerdo triste, le causó aceptación. La canción estuvo encarpetada desde 1990 y fue grabada y editada en el estudio de Lagarto Records.
Al menos, esta historia me sirvió para componer una sencilla canción. Y por cierto,... yo fui el amigo que preguntó qué le había pasado después del bofetón.

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