La herencia de mi abuelo

- ¿Sabes de lo que voy a relatar? ¿No, lo sabes?.. Qué vas a saber tú de esas cosas!.. pendejo..

Así hubiera respondido mi abuelito al hacerme esta pregunta, años atrás, cuando vivía y compartía sus experiencias con sus nietos.   

Fue un hombre muy "natural", vivido siempre del campo y enseñado a obtener de su trabajo lo que madre natura le daba con tanta abundancia, y quizás por eso, llegó a tener muchos hijos, como una manifestación productiva similar y acorde con la naturaleza.  En el caso de mi abuelo, creo, que llegó a tener cerca de 13 hijos, o quien sabe si más. 

Lógicamente, con el paso de los años y al llegar los nietos, el número de parientes míos creció vertiginosamente. Calculo cerca de 68 primos en mi familia por parte de padre, y no quiero partirme el mate con los bisnietos y tataranietos. Con esto, estoy demostrando que somos muchos, y exagerando un poco, yéndonos hacia el pasado, creo que "todos" venimos de por allá.

A mi abuelo, le conocí temprano en mi vida, pero el a mí muy tarde en la suya. De niño le tenía mucho respeto porque aparentaba ser molesto y tenía rostro serio.  Creo hicimos buena amistad, porque como me habían enseñado a escuchar a los mayores, siempre le seguía su extraña conversación, pese a no frecuentarnos mucho.  Resulté bueno para seguirle la corriente, y a él le bastaba saber que yo era el hijo de su hijo y punto.

- Es fino el zambito - dicen que decía.

Cuando me quedaba con él, comenzaba a hablar cosas que no entendía, hasta que se daba cuenta que no le tomaba atención, y me preguntaba si le había entendido.

- Si, abuelito.

Me miraba, soltaba una risa forzada y decía:

- Qué vas a entender tú!... pendejo!...

No le entendía ni bolsas.  Pero habían ocasiones en que sí le entendía y era por su forma de relatarme cuentos del vivísimo Tío Conejo que siempre trataba de escaparse de las garras del Tío Tigre que era malo y tonto, pero persistente.  Deseaba atrapar al conejo para comérselo.  La mejor que le escuché de todas las que me contó, fue cuando Jorasquín del Monte, pasaba caminando detrás de los matorrales donde estaba escondido el tigre.  

Tanto recuerdo aquellos cuentos, que muchos años después, y con la magia del internet, pude descubrir, que esos cuentos sí existieron.  Eran cuentos tradicionales de América Latina y vienen de Venezuela.  El Tío Tigre y el Tío Conejo fueron personajes reales de cuentos antiguos, y que Hojarasquín del Monte, era otra fábula real muy antigua.

En una de las visitas dominicales que le hicimos al abuelo, él nos recibió y nos ofreció una taza de chucula.  Me percaté que tenía siempre una hamaca donde se acomodaba para ver tele u oir radio, hartas herramientas por todos lados, y que pese a estar en casa, cargaba un pañuelo en el bolsillo trasero de su pantalón.  

Sus últimos años los vivió solo.  Los muchachos de ese barrio le saludaban "Buenas noches, mi mayor!" o "Como está mi general!.."

Como sabrán, yo toco la guitarra y mi papá también.  Aquel día en casa del abuelo, vi en una de las paredes un espejo que distorsionaba tu reflejo, y en otra, tenía colgada una guitarra tosca.  Ésto me motivó a preguntarle si él tocaba esa guitarra.  

Sin responderme, la descolgó y se puso a tocar. Mi papá le dijo que yo estaba aprendiendo y me hizo tocar lo que yo supiera. Después solo asintió con la cabeza y dijo que él solo tocaba canciones de montaña.   Supongo que así nombraba a las melodías antiguas propias del campo de la costa de mi país. 
Y cada vez que lo visitábamos, era un encuentro musical corto.  Tocaba él, luego tocaba yo.  De vez en cuando se pegaba su trago fuerte, que lo guardaba en su nevera como si fuera "agua helada".  Una vez me sirvió un vaso y dijo que era para que huela a hombre.  

Mi papá compró una finca y mi abuelo participó mucho con nosotros en aquellos días.  Para él fue un regreso a sus inicios en el campo.  Lo vimos muy vital, muy activo.  Compartimos mucho, conversamos mucho, nos reímos de todo.  Cuando conoció a la que ahora es mi esposa, me dijo que tenía que querer a mi mujercita porque cocinaba bien, y que una vez que yo haya probado el dulce, más dulce que el almíbar, ahí si estaba jodido. 

Mi abuelo se fue del planeta en el año 2004. No tuvo grandes posesiones ni bienes que pudiera heredar.  Y así los hubiera tenido, era tan grande su grupo familiar, que hubiera sido realmente un problema. Sin embargo, me dejó, esa experiencia de intercambiar ideas, canciones e historias entre dos épocas muy diferentes. 

Cuando me encuentro con algunos de mis primos, y veo que ellos también gustan de guitarrear, cantar y contar historias, pues, es indudable que vienen del mismo lugar que yo. Vienen de la naturaleza, de los sonidos del campo, de las verdes montañas, de aquel pequeño grupo de personas que dieron origen a este gran batallón, con un mismo apellido.

Escribí la canción con mucho cariño para Eduardo Almeida, mi abuelo. En ella saludo a los familiares con quien alguna vez compartimos un momento en la música: mi papá Waldemar, mi hermano Paúl, mis tíos Yuber y Pedro, mis primos Álvaro, Rommel, Christian, Samuel, Érika, Raúl, Sebastián, y sobre todo, mis hijos: Jude y Tita.

Un saludo especial, para mi primo Álvaro, con quien descubrimos el origen de esta afición, y con quien compartimos buenos momentos atrás de una guitarra, y en forma picaresca, creamos esta frase que no se aleja de la realidad: TODOS NOSOTROS VENIMOS DE LA BARRA DE MI ABUELO.  Entendiendo, claro, que "barra" es una gran cantidad de gente que apoya una misma causa. 

Y ahora, al final de la lectura, les preguntaré, tal como lo hacía mi abuelo:

- Entendieron lo que cuento?...  ¡Qué van a haber entendido ustedes,...!

Comentarios

  1. Al leer tu Blogs primo, me doy cuenta que ambos recordamos con mucho cariño al Abuelito Eduardo.
    Recuerdo esos viajes Dominicales a Sauces 5, y Eduardo Almeida siempre nos recibía de la misma manera, siempre compartía sus mismas historias, sus mismos consejos, y siempre nos hacia la misma pregunta " Si me entiendes..... si abuelito... que me vas a entender tu.... PENDEJO...!! "
    Creo que pudimos llegar a ver ese lado Humano de El abuelito Eduardo que tan bien ocultaba o que quizas no sabia como comparirlo.
    El abuelo Eduardo siempre estaba en nuestras mentes, que en una noche de bohemia inventamos esa famosa frase entre nosotros "TODOS VENIMOS DE LA BARRA DE MI ABUELO...", Frase que ahora la hiciste canción.
    Buenos recuerdos.... buenos momentos.... buena canción

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  2. Como no recordar a mi abuelito, que bien primo, saludos

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  3. Que cancion pegajosa. Bien nacho buena historia.

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  4. Hola familia y gracias Hernàn por esta excelente idea y tan buena canciòn....
    "El abuelo Eduardo, aunque carente de una profesiòn académica, estaba lleno de todas las profesiones del mundo......es mi opiniòn personal"
    "Hola abuelo como te va?"......mi saludo de siempre
    "Como te està tratando esta inmensa ciudad?"
    "Bien pero te recuerdo una cosa" contesto Eduardo como pensando en voz alta y mientras miraba los edificios de la ciudad de NY....
    "La mente del hombre no es como una bodega en donde tu guardas cosas y que tiene sus limites, no, la mente del hombre es ilimitada y mientras mas cosas guardas mucho mejor"
    ......lo dijo mientras viajábamos desde el areopuerto a la casa del Tio Misael en NJ y observando la majestuosidad del paisaje, aunque El parecia poco sorprendido......
    Desde entoces no me detengo en el andar de detras del conocimiento
    Comparto esto con todos los que SOMOS de la barra del abuelo y bien entendido quedo....


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    1. ¿Cómo poner esta mùsica y canciòn en un ringtone?

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