¿Todos somos IGUALES?

Cada ser humano proclama su individualidad y por lo tanto es único e irrepetible. Además, la originalidad, es muy necesaria cuando se trata de hacer valer la creatividad, el talento y el ingenio.  Si lo analizamos mejor, cuando venimos a este mundo, absolutamente nadie dispone de lo que es necesario para desarrollar su vida.

Todos necesitamos de los demás.

Y de la misma forma en que todos llegamos a este mundo, pues, de la misma forma nos largaremos todos.

Si.  Hay diferencias.  Pero eso es propio de la edad, las capacidades físicas, las aptitudes intelectuales, las circunstancias en las que cada uno se pudo beneficiar, la distribución de las riquezas, etc.  Eso es para que las personas aprendamos a compartir, a ser benévolos y a enseñar. Esas diferencias nos incitan a enriquecernos culturalmente.

Dios no da todas las virtudes por igual a cada uno.  Las distribuye de una manera perfecta: esto a uno, aquello a otro... A uno la caridad, a otro la justicia, a éste la humildad, a aquél una fe viva...  Los bienes temporales, las cosas necesarias para la vida humana, las ha distribuido con la mayor desigualdad, y no ha querido que cada uno posea todo lo que le es necesario para que los hombres tengan así ocasión, por necesidad, de practicar la caridad unos con otros.

Nos necesitamos unos de otros!

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