Un muerto me quise volver pero en mortecina me quedé

¿Y cómo te explico?..  Me ocurrió cerca de tener los 15 años, y a esa edad, fue la última vez que me encontré en la calle con aquella niña de mi escuela, quien fuera amor secreto de niñez.  Mantuve ese inocente sentimiento hasta el conocimiento de un terrible destino. 

Aquel encuentro, fue corto. Nos vimos en la calle.  Mientras me hablaba, la miré y sentí de sus ojos un intercambio de muchas emociones.  Pese a que fueron pocos segundos, para mí fue toda una vida soñada.  Me quedé enredado en su mirada.  Pude haberle pedido su número telefónico, su dirección, algo para encontrarnos.  Y ese fue mi error.  No supe que al despedimos.. sería para siempre.

De tiempo en tiempo, recordaba bonitos momentos con ella, en la escuela, en aquel encuentro, pero no fue más. Le perdí la pista. 
Con el paso de los años, casi con 24 encima, y haciendo música con la banda de aquel entonces, una mañana, leyendo el diario, la encontré.  
Pero en lugar de sentir emoción, lo que sentí fue algo muy extraño.  Una especie de desaliento, de malestar o de invalidez. Su nombre estaba impreso en el diario, en un obituario.  Había una invitación a misa de réquiem, por cumplirse un año de su sensible fallecimiento.  Y yo.. no lo podía creer.  

La vida.. mi vida.. perdió su energía de repente.  Sentí que apestaba, que todo era injusto.  Creí que es inútil continuar viviendo, sabiendo que alguien tan especial, se había ido para siempre.  En secreto, decidí ir a aquella misa, y en los bancos de la iglesia, me senté desconocido, solo y apartado. Allí, me creí muy poca cosa, miserable, abandonado, enfermo. ¿Cómo te explico?.. Me sentí moribundo. 

Aquella noche, en casa, estuve pensativo y sentí algo de miedo. El ambiente tenía presencia de alguien más y me imaginé muchas cosas.  Pensando, y recordando muchas cosas, me desvelé.
Al día siguiente, mis padres me dijeron al verme:

- ¿Qué te pasa? Pareces un muerto!

Y pasé tristón en aquellos días. El cielo como que ya no era el mismo. Todo se veía sombrío y hasta descuidé un poco mi aspecto.  Salí de casa para ir a la universidad, y vi en la calle a un auto golpear a una paloma.   Ella quedó muy mal.  Aleteaba con su cabeza pegada al piso, girando en círculos, tardando mucho en morir..  Esta escena la comparé mentalmente con aquella niña, pues me enteré que también había luchado mucho, pues fue víctima de una rara enfermedad que tuvo que soportar por muchos años. ¿Y dónde estuve yo todo ese tiempo?

Al día siguiente, de vuelta a la universidad, pasé por la avenida, y recordando lo que había pasado con esa paloma, busqué el lugar donde estuvo agonizando, pero lo que vi fue un perro callejero que hociqueaba algo morado. Un barrendero le reprendió diciendo:

- Pása, animal, carajo!.. comiendo mortecina!..

No sé, si lo que comía ese perro fueron los restos de aquella paloma, pero la palabra mortecina, se me quedó grabada en la mente. La busqué en el diccionario y entendí su significado.

Y como me sentía mortecino, mientras viajaba en el bus rumbo a la universidad escribí por pedazos esta historia en forma de canción.  Cuando creí que estaba lista se la dí a la banda, la misma que no la entendió, y la archivó en la vieja carpeta, quedando olvidada hasta que con Los Igualados, decidí hacerla y sacarla a la luz.

Escucha la canción haciendo click aquí.


Comentarios

  1. Aqui está la letra:

    Yo la ví por primera vez...
    y entre sus miradas me enredé.
    Y yo...
    No pude escaparme después.
    Un error no pude pagar.
    Ella me dejó sin decir dónde va.
    Y yo...
    la busco sin poderla encontrar.

    Mi vida sin ella, es agonizar,
    y no tener para las medicinas.
    Es tener sarna y no poderse rascar.
    Es esperarla y saber que no vendrá.

    Me siento sin vida, como un vegetal.
    Todo a mi lado huele a mortecina.
    Para olvidarla no se qué más probar
    Si yo me muero, ella jamás lo sabrá,
    que vivo muerto hasta volverla a encontrar.

    Como un muerto yo viviré.
    Mientras no vuelva, no moriré.
    Y yo,
    sé que por ella, resucitaré.

    (Y cómo te explico...)

    Mi vida sin ella, es agonizar,
    y no tener para las medicinas.
    Es tener sarna y no poderse rascar.
    Es esperarla y saber que no vendrá.

    Me siento sin vida, como un vegetal.
    Todo a mi lado huele a mortecina.
    Para olvidarla no se qué más probar
    Si yo me muero, ella jamás lo sabrá,
    que vivo muerto hasta volverla a encontrar.

    Un muerto me quise volver
    pero en mortecina me quedé
    Y yo,
    sé que con ella, vida encontraré.

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  2. Soraya Mendieta Kethjulio 15, 2012

    Me encantó la canción. La historia es muy poco común, porque no creo que a todos se nos muere justamente la persona que queremos, pero me imagino como se puede llegar una a sentir

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  3. Valery Jimenezjulio 16, 2012

    Hola Nacho, Luisito, Albita y Soraya, espero que esten bien, reciban un saludo de su amiga que los extraña y sigue lo que publican constantemente, porfa no se olviden de mi, estoy esperando mi artículo y ya mande las fotos.

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  4. Carlota Almeidajulio 21, 2012

    Mmmmm, muy interesante la historia al principio me dio pena pero despues ya la pude entender ya.

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