Caminando


Vídeo edición


La mayoría de nosotros espera siempre obtener logros preparándose todo el tiempo.  Es como estudiar una carrera, sin practicar su oficio mientras la cursamos.
Desde 1987, cuando un amigo me prestó su guitarra eléctrica, sentí que, una de las cosas que obligadamente tenía que hacer en esta vida, era formar una banda musical.
Desde luego, no estoy alardeando de ser exitoso, ni de tener una super-banda, ni esas cosas, pero lo que he vivido durante todo este tiempo, gracias a esa idea, ha sido y es, una experiencia increíble!.. Han sido miles de aventuras, amigos, presentaciones, canciones, y siempre hay una anécdota para compartir.Mis primeros amigos en la música fueron como yo.  Por suerte, tuvimos la misma inclinación y el mismo deseo loco de juventud por hacer lo que más nos gustaba: tocar un instrumento y hacernos escuchar.
Yo me escapaba en las noches con la guitarra de mi papá para encontrarme con ellos en algún lugar y amanecernos canturreando en un parque, rodeados de amigos y curiosos, que siempre pedían más y más canciones.
Escuchar el aplauso de los amigos era grandioso!...  Claro que a veces, tocaba escuchar a alguien que a esa hora de la noche, abría su ventana y nos decía:

- Oigan, por qué no se van para otro lado?

Sabíamos que era muy dificil alcanzar una posición artística exitosa, sin tener instrumentos, ni recursos, y sobretodo, cuando nos faltó el apoyo de nuestros familiares, quienes siempre criticaron lo que hacíamos..  Incluso nos negaban por teléfono cuando queríamos encontrarnos para ensayar.
En fin. No nos dimos por vencidos y nos sorprendían las cosas que alcanzábamos.  La historia es larga, pero todo comienza cuando, con la guitarra en mano, iniciábamos a caminar.
Si viviste en las ciudadelas del sur de Guayaquil, seguramente pasamos por tu casa, o nos viste por la calle... en toda esa joda, al caminar, adoptamos una curiosa forma "idéntica" de hacerlo: UNO TRAS OTRO CON EL MISMO PASO.  Era algo que causaba risa, y lo hacíamos por donde fuésemos caminando, incluso entre el tráfico, cruzando por el paso de seguridad cuando el semáforo se ponía rojo.  Recorríamos las calles, subíamos y bajábamos veredas, escaleras.  Caminamos tanto de una ciudadela a otra:  desde la ciudadela del Seguro, la Ronda, la Villamil, Las Acacias, La Huancavilca, La Saiba, Los Esteros, La Pradera, El Centenario Sur, La Sopeña, La 9 de Octubre, hasta los bloques de La Valdivia.  Y lo hacíamos siempre, porque era el mejor momento para intercambiar opiniones, discutir ciertas cosas, e incluso bromear. 
Llegamos a caminar por las calles de la ciudad de Milagro, y por las vías del tren de Durán, en donde también nos conocieron.
Una noche, mientras caminábamos de esta forma por Mapasingue con las guitarras en mano, unos tipos que chupaban en una esquina nos compararon con los Beatles de la portada del LP Abbey Road caminando sobre una zona de seguridad.  En esa foto, ellos iban uno tras otro y a cierta distancia.  Nosotros íbamos sincronizados uno tras otros.
De las muchas canciones de los Beatles, a una de ellas en el 2006 le adapté letra en español y en ella detallé lo que ocurría cuando caminábamos con el grupo.
Caminar era un momento mágico en el que no nos dimos cuenta de nuestro progreso.  Cada paso que dábamos en el camino realmente era un avance a una nueva presentación, a una nueva oportunidad de dar a conocer lo que hacíamos.
Por andar metido en este caminar, dejé de lado muchas cosas en esos años.  Me alejé de mis amigos de barrio, dejé a mi chica, descuidé en parte mis estudios, y tuve que cargar con las opiniones de mis padres.  No sabía lo que iba a conseguir; pero ahora sé que no era la meta lo que me mantuvo allí.  Era todo el camino que recorri y las experiencias que en él encontré.
Para nosotros, cualquier vereda o parque, se convertía en escenario.  El público llegaba poco a poco apenas uno empezaba a cantar con la guitarra y luego, sonaba el aplauso de todos quienes escucharon el mensaje de nuestras canciones.
Caminando, nos presentamos en fiestas, en hoteles, en restaurantes, en eventos, en un stand en la Feria de Durán, en colegios, en iglesias, en la universidad, en callejones para un día de las Madres, para las fiestas de Guayaquil, en parques, en Milagro, en el teatro del Centro Cívico, y en casas de muchos amigos y conocidos.  Tantos lugares!.
Nos han llovido monedas, nos han abucheado, pero también nos han aplaudido mucho, nos han felicitado, se han tomado fotos con nosotros y en una presentación en la calle nos llovió papel picado desde un balcón.   Y todo esto es constancia de que aquel día escucharon nuestra canción.
Hoy, con el paso del tiempo, cada uno de aquellos amigos camina por su lado. Pero para mí el camino aún sigue. Ahora camino solo. Siempre quedarán en mi memoria esos magníficos momentos ofrecidos por la música.
De esta manera, hice el diseño de la primera portada de compendio.
No encontramos música en ninguna academia, ni en ningún libro.  La encontramos en la calle. La encontramos caminando.

Comentarios

Paqueveas