Les contaré de aquel muchacho tímido que visitaba a su enamorada en casa, ya que sus padres la cuidaban mucho y no la dejaban salir. Sus padres eran algo rígidos en su forma de pensar, así que ella sólo podía quedarse hasta las 11 de la noche, junto a él en el jardín, conversando muchas cosas, pues de lo contrario, había un papá muy enojón que salía a decirle : - Ya pues, ya son las once!... Qué más?.. Mañana hay trabajo!... A qué hora te piensas ir?
No jodan... la música es libre!...